La pérdida de la razón en la esencia del sujeto

Escrito por Ricardo Alba Ábrego

L'Atmosphere: Météorologie Populaire 
Grabado de Camille Flammarion (París, 1888)
¿Quién no ha escuchado la siguiente frase: Pienso luego existo? Es una sentencia tan extendida en su uso que pocos serán los que no se vean inmersos en su implicaciones así como en sus alcances. Se considera un punto de partida de la filosofía moderna y en especial de la corriente racionalista atribuida a Descartes.

Habrá que mencionar que dicha frase es una conclusión devenida como tal a partir de un discernimiento; el punto definitivo y necesario gracias a una línea de pensamiento, dicha idea podrá ser entendida dentro de los límites de lo racional, excluyendo la posibilidad de que otras funciones del Ser puedan hablar de su esencia innegable, a saber de los sentidos, las pasiones e incluso el proceso subjetivo de representarse el mundo.

Aunque comúnmente el cogito se le atribuye en autoría a Descartes, éste no se vio librado de ser acusado de plagio, y es que tal pensamiento ya había sido enunciado con anterioridad por diversos filósofos, el principal y más recurrido en autoría fue el español Gómez Pereira (1500 - 1558) y si se quiere encontrar un antecedente, aunque goza de cierta abstracción, se deberá recurrir a Agustín de Hipona (354 - 430).