El autismo y sus prejuicios

Escrito por Ricardo Alba Ábrego

Hacia arriba
Wassily Kandinsky, 1929
Este es el día mundial de la concienciación sobre el autismo, un día para tener presente este trastorno y la importancia de prestarle atención y difundir el impacto que ocasiona en distintos niveles. El autismo, así como varios trastornos que afectan el desarrollo y la relación personal, sigue siendo objeto de varios mitos y prejuicios que necesitan ser comunicados. 

Es a partir de nuestra sociedad y el cómo está constituida que los trastornos mentales tienden a ser el objetivo de nuestros miedos y desconocimientos. Pero en el momento de acercarnos a estas condiciones sin alejarnos del individuo quien lo manifiesta, nos damos cuenta que las etiquetas generales, son eso: juicios preformados que alimentan nuestros deseos de vernos distintos y ajenos a ciertos criterios médicos.

El mejor libro que nadie más puede leer

Escrito por Ricardo Alba Ábrego

Libro leyendo libros
Jonathan Wolstenholme
La lectura siempre ha sido recomendada casi por cualquier persona. Se piensa que leer es una actividad que deja mucho y no es fácil de realizar por lo que demanda atención, tiempo y espacio. 

Vemos a personas en el transporte con su libro de compañero, las vemos en el parque, en la calle, en la escuela. Sirve de guía, de refugio, distracción; genera respuestas y dudas; engendra confianzas, sospechas; alimenta algunos sueños, elimina otros. Existen lecturas que demandan otras tantas, abundan otras que son de acceso libre, otras encriptadas, hay algunas que son idóneas para viajes largos, aquellas que nada más pueden ser desarrollas en lugares específicos; unas para el camino y otras que demandan quedarse sentado haciendo anotaciones; muchas son de consulta y varias son lecturas de cabecera.

Leer es bueno. Es lo mismo que decir que comer también lo es, hacer ejercicio, escuchar música o escribir. "Es recomendable leer treinta minutos al día" y "Dedícale unos minutos a la lectura con tus hijos" Consejos que se desprenden del primer prejuicio. Se piensa que el solo hecho de pasar la mirada sobre ciertos signos compromete una realización, permite un estado benéfico, incrementa la cultura, aboga por mantener temas de conversación, otorga respuestas ante la vida y desmiente sospechas ante la muerte. Pero lo cierto no puede estar más alejado de esto, una lectura por sí misma es muy difícil de que realice tal cosa. De nada sirve leer un libro cada día sin contar previamente con la capacidad de preguntarse qué es lo que se quiere encontrar y que la lectura auxilia a encontrarlo, y no necesariamente se encuentra entre las letras sino en otro lado: de frente a lo que está escrito y fuera de los márgenes de las hojas.

La pérdida de la razón en la esencia del sujeto

Escrito por Ricardo Alba Ábrego

L'Atmosphere: Météorologie Populaire 
Grabado de Camille Flammarion (París, 1888)
¿Quién no ha escuchado la siguiente frase: Pienso luego existo? Es una sentencia tan extendida en su uso que pocos serán los que no se vean inmersos en su implicaciones así como en sus alcances. Se considera un punto de partida de la filosofía moderna y en especial de la corriente racionalista atribuida a Descartes.

Habrá que mencionar que dicha frase es una conclusión devenida como tal a partir de un discernimiento; el punto definitivo y necesario gracias a una línea de pensamiento, dicha idea podrá ser entendida dentro de los límites de lo racional, excluyendo la posibilidad de que otras funciones del Ser puedan hablar de su esencia innegable, a saber de los sentidos, las pasiones e incluso el proceso subjetivo de representarse el mundo.

Aunque comúnmente el cogito se le atribuye en autoría a Descartes, éste no se vio librado de ser acusado de plagio, y es que tal pensamiento ya había sido enunciado con anterioridad por diversos filósofos, el principal y más recurrido en autoría fue el español Gómez Pereira (1500 - 1558) y si se quiere encontrar un antecedente, aunque goza de cierta abstracción, se deberá recurrir a Agustín de Hipona (354 - 430).

El diagnóstico en la integración subjetiva

Escrito por Ricardo Alba Ábrego

Alegoría del triunfo de Venus (detalle)
Agnolo Bronzino, 1550
Existen diferentes tipos de excesos y en cuanto a la psicopatología se refiere los excesos más frecuentes son los relacionados con el diagnóstico. No será este el lugar para poner en duda la existencia de ciertos trastornos, sino de enunciar la resuelta valoración que se le imprime a gran número de conductas y sus determinados intentos de silenciarlas, censurarlas o eliminarlas.

Habrá que aclarar desde un principio que el diagnóstico puede provenir de la figura del médico, así como originarse de manera propia y subjetiva de quien padece el malestar. El diagnóstico médico se caracteriza por estar basado en la experiencia clínica, así como en ciertas figuras de autoridad, las cuales determinan los síntomas, la frecuencia de estos, su desarrollo y evolución, con la finalidad de clasificar distintos trastornos (CIE y DSM). En cambio el autodiagnóstico se ha caracterizado por ser una tendencia de casi cualquier malestar, convirtiendo el dolor de cabeza en una migraña, el de estómago en una gastritis o hasta el cambio repentino de humor devenido en la popular depresión.